La cadena logística
El concepto de logística
El término logística se ha interpretado de muchas maneras. A veces se utiliza como sinónimo de distribución, pero como concepto relacionado con la dirección cubre un área más amplia, pues está ligado a todas las labores que incluyen el movimiento de materiales hacia y a través del negocio hasta el cliente. En ciertas ocasiones también incluye las funciones de venta. Este concepto, junto con el de marketing, hace hincapié en la optimización de costes y servicio al cliente, así como en la mejora de estos servicios. La logística intenta mantener el equilibrio entre los objetivos opuestos de marketing y distribución; por ejemplo, quienes comercializan intentan mantener altos niveles de existencias, mientras que los distribuidores intentan reducir costes mediante la disminución de dicho nivel.
Es posible examinar vías para mejorar la eficacia a través de la observación del funcionamiento del proceso logístico. Muchos directivos no son conscientes de que el almacenamiento de bienes terminados y su distribución son sólo el último paso de la cadena proveedora y de que centrándose en él pueden estar perdiendo grandes oportunidades de mejorar la logística. El mejor sistema de distribución posible no puede garantizar la satisfacción del cliente si éste no está satisfecho con el producto en sí. Todos los elementos de la distribución física se influyen entre sí. Los esfuerzos para mejorar un sólo elemento provocan cambios en los demás procesos y se puede frustrar el objetivo a causa del deterioro provocado en otros procesos. Lo mejor es contemplar el proceso como un todo que convierte las materias primas de los proveedores en bienes terminados para los usuarios finales, con tanta celeridad cómo es posible, con la calidad y en el tiempo adecuados y al menor coste total posible.
El flujo de información es tan importante para el eficiente funcionamiento de la cadena logística como el flujo de materiales. La información fluye de los proveedores en dirección a la empresa, por una parte, y de la empresa a los clientes, por otra. Por otro lado, la información procedente del mercado fluye hacia la empresa y de ésta hacia los proveedores. Sin embargo, los materiales van de los proveedores a los consumidores, a través de la empresa, a la vez que se añade cierto valor en el proceso. Las barreras más comunes para este flujo de información son las fronteras funcionales que el proceso logístico debe cruzar, el enfrentamiento de objetivos y la separación geográfica de funciones clave.
La función logística asume responsabilidades que cubren:
- existencias: cantidades, frecuencia de pedidos, localización, métodos de manipulación, dirección del almacén
- transporte: compra, decisión de ruta y modo, por propia cuenta o transportado por otros
- información
- empaquetado
- servicios: disponibilidad de existencias, procesamiento de pedidos y tiempos de entrega, tiempo de tránsito.
Cada empresa debe decidir si la función logística debe estar separada o si debe formar parte de una función distinta. No muchas empresas se dan cuenta de que una dirección logística más eficaz puede representar la diferencia clave que permite alcanzar metas estratégicas y rendimientos financieros. La dirección logística ayuda a determinar la participación de una empresa en el mercado; incluso puede mejorar materialmente la dirección de operaciones a través de un uso más eficaz de los recursos. A continuación se muestran algunos de los efectos de la logística sobre costes y rendimientos:
1. La eficacia del servicio al consumidor de una empresa puede afectar a su participación en el mercado.
2. Se puede economizar considerablemente en las compras y la producción a través de una mejor integración/coordinación de las dos funciones.
3. Se pueden controlar los gastos de ventas y administración a través de la mejora de la dirección logística.
En todos los negocios hay que trasladar los productos a tiempo, en la cantidad adecuada y al destino correcto, para que se pueda entregar el producto al usuario final de forma eficaz. Sin embargo, en la mayoría de empresas, la organización del flujo físico de bienes o servicios y la dirección de la información relevante se dirigen en fases separadas aunque enlazadas.
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